Gaur, martxoaren 12an, 29 urte bete ditu amaraunak, World Wide Web delakoak. Sare hori sortu zuen Sir Tim Berners-Leek eskutitza idatzi du urteurrenaren aitzakiarekin, "The web is under threat", etorkizun laburrean sareak izan dezakeen bilakaerarekin eta une honetan ditugun erronka (eta arazo) handienekin.
Horrela hasten da eskutitza.
Webak 29 urte bete ditu gaur. Sarearen historian mugarri bat gaindituko dugu, gainera, eta munduko populazioaren erdia egongo da konektatuta dagoeneko.
Albiste zirraragarri hauek partekatzen ditudanean jendeak ondorengo kezkak plazaratzen dizkit:
Une honetan webak dituen mehatxuak asko dira, eta errealak, besteak beste azken eskutitzean idatzi nituenak: desinformaziotik eta propaganda politikotik hasi eta gure datu pertsonalen kontrola galtzeraino. Hala ere, konprometituta jarraitzen dut guztiontzat eremu libre, ireki eta sortzaile bat bermatzeko.
Hori lortzeko ezinbestekoa da mundu guztiari konektatzeko aukera ematea, eta pertsonen onurarako izango den WWW eredu bat bermatzea. Web Foundation sortu nuenean, sarearen etorkizunaren alde borrokan egiteko egin nuen. Hauexek dira une honetan gure indarrak norantz bideratu beharko genituzkeen:
Sir Tim Berners-Lee.
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Jarraian, eskutitza osorik, egileak sareratu dituen bezala, gaztelaniaz eta frantsesez.
Hoy la World Wide Web cumple 29 años. Este año marca un hito en la historia de la web: cruzaremos un punto de inflexión y más de la mitad de la población mundial estará conectada.
Cuando comparto estas emocionantes noticias la gente suele reaccionar con alguna de las dos siguientes inquietudes:
En la actualidad las amenazas a la web son muchas y reales, incluidas las que describí en mi última carta: desde la desinformación y el uso de propaganda política cuestionable hasta la pérdida de control sobre nuestros datos personales. Pero sigo comprometido con poder garantizar que la web sea un espacio libre, abierto y creativo — para todos.
Esa visión sólo es posible si conseguimos conectar a todo el mundo y nos aseguramos de que la web funcione en beneficio de las personas. Creé la Web Foundation para luchar por el futuro de la web. Estos son los puntos en los que deberíamos concentrar nuestros esfuerzos:
La brecha entre las personas que tienen acceso a internet y las que no lo tienen está aumentando las desigualdades ya existentes — desigualdades que plantean una grave amenaza mundial. Como era de esperar, es más probable estar desconectado si se es mujer, pobre, habitante de un área rural, de un país de bajos ingresos, o cualquier combinación de los anteriores. Hoy en día estar desconectado significa ser excluido de oportunidades para aprender y ganarse el sustento, de acceder a servicios valiosos y de participar en el debate democrático. Si no invertimos seriamente en acabar con esta brecha, miles de millones de personas podrían tener que esperar hasta el año 2042 para poder tener acceso a internet. Eso implicaría dejar atrás a toda una generación.
En el año 2016 las Naciones Unidas declararon que el acceso a internet es un derecho humano, como lo son también el agua potable, la electricidad, la vivienda y los alimentos. Pero este derecho básico seguirá siendo denegado a miles de millones de personas hasta que el acceso a internet sea asequible para todos. Ya tenemos un objetivo establecido. Recientemente las Naciones Unidas adoptaron el umbral de asequibilidad propuesto por la Alianza por un Internet Asequible: 1 GB de banda ancha móvil por menos del 2% del ingreso promedio mensual. La realidad sin embargo es que todavía estamos muy lejos de alcanzar este objetivo — en algunos países el coste de 1GB de banda ancha móvil todavía está por encima del 20% del ingreso promedio mensual.
¿Qué hace falta para alcanzar este objetivo? Debemos apoyar políticas y modelos de negocio que mejoren las condiciones de acceso de los grupos más desfavorecidos a través de soluciones como las redes comunitarias y las iniciativas de acceso WIFI público. Debemos invertir recursos para garantizar el acceso de mujeres y niñas, y asegurarnos de que puedan aprovechar el poder de esta herramienta mediante la enseñanza de habilidades digitales.
La web a la que muchos se conectaron años atrás ya no es la web con la que se encontrarán los nuevos usuarios. La rica variedad de blogs y sitios web de aquella época se ha visto comprimida bajo el aplastante peso de unas pocas plataformas dominantes. Esta concentración de poder da lugar a un nuevo conjunto de custodios de la red, permitiendo que un puñado de plataformas tengan control sobre cuáles serán las ideas y opiniones que se podrán ver y compartir.
Estas plataformas son capaces de afianzar su posición dominante mediante la creación de barreras de entrada a potenciales competidores. Absorben a las startups con potencial para convertirse en una amenaza, compran todas las innovaciones tecnológicas y contratan a los mejores talentos de la industria. Si a esto añadimos la ventaja competitiva que les proporcionan los datos de sus usuarios actuales, no podemos sino esperar que los próximos 20 años sean bastante menos innovadores que los anteriores.
Además, esta concentración de poder permite ampliar el impacto de quienes utilizan la web como un arma. En los últimos años hemos visto cómo teorías conspirativas logran convertirse en tendencia en las plataformas de medios sociales, cuentas falsas en Twitter y Facebook avivan las tensiones sociales, actores externos interfieren en los procesos electorales y grupos criminales se apoderan de valiosos datos personales.
Hemos buscado respuestas por parte de las propias plataformas. Las empresas son conscientes de estos problemas y se esfuerzan por solucionarlos — y observamos cómo cada cambio que implementan termina afectando a su vez a millones de personas. La responsabilidad — y a veces también la carga — de tomar estas decisiones recae sobre empresas que han sido creadas para maximizar sus beneficios económicos en lugar de maximizar el bien social. Un marco legal o regulatorio que tenga también en cuenta los objetivos sociales podría contribuir a aliviar esas tensiones.
El futuro de la web no trata únicamente acerca de todos aquellos que ya estamos conectados, sino también sobre aquellos que aún no lo están. La poderosa economía digital actual exige estándares sólidos que permitan equilibrar los intereses de las empresas y los de los ciudadanos conectados. Para ello será necesario pensar en cómo podemos alinear los incentivos del sector tecnológico con los de los usuarios y la sociedad en general, consultando a una muestra representativa y diversa de la sociedad en el proceso.
Dos mitos limitan actualmente nuestro imaginario colectivo: el mito de que la publicidad es el único modelo de negocio posible para las empresas digitales, y el mito de que ya es demasiado tarde para cambiar la forma en que operan las plataformas. Para resolver estas dos cuestiones deberemos ser un poco más creativos.
A pesar de que los problemas a los que se enfrenta la web son complejos y grandes, creo que deberíamos verlos simplemente como bugs: problemas en el código y en los sistemas de software que fueron creados por personas — y que por tanto pueden ser también corregidos por personas. Crea una nueva serie de incentivos y a continuación llegarán los cambios en el código. Podemos diseñar una web que ofrezca un entorno constructivo y alentador.
Hoy quiero que nos desafiemos a tener ambiciones más grandes para la web. Quiero que la web refleje nuestras esperanzas y cumpla nuestros sueños, en lugar de amplificar nuestros miedos y profundizar nuestras divisiones.
Como dijo en una ocasión el difunto activista de internet John Perry Barlow: “una buena manera de inventar el futuro es predecirlo”. Puede sonar utópico, puede parecer imposible de conseguir después de los reveses sufridos durante los dos últimos años, pero yo quiero que imaginemos ese futuro y lo construyamos.
Reunamos a las mentes más brillantes del ámbito de los negocios, la tecnología, el gobierno, la sociedad civil, las artes y el mundo académico para afrontar las amenazas al futuro de la web. En la Web Foundation estamos listos para desempeñar nuestro papel en esta misión y construir la web que todos queremos. Trabajemos juntos para hacerlo posible.
Sir Tim Berners-Lee
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Aujourd’hui Internet fête son 29ème anniversaire. Cette année marque un tournant dans l’histoire du Web. Pour la première fois, nous allons franchir une étape charnière où plus de la moitié de la population mondiale sera connectée.
Lorsque je partage cette formidable nouvelle avec les gens, j’ai tendance à recevoir l'une des deux réactions d'inquiétude suivantes :
Les menaces envers Internet aujourd'hui sont réelles et nombreuses, y compris celles que j'ai décrites dans ma dernière lettre, de la désinformation et de la publicité politique douteuse à une perte de contrôle sur nos données personnelles. Mais je reste déterminé à faire en sorte que le Web soit un espace libre, ouvert et créatif, pour tout le monde.
Cette vision n'est possible que si nous sommes tous connectés, et si nous veillons à ce qu'Internet fonctionne pour les gens. J'ai fondé le Web Foundation pour que nous puissions nous battre pour l'avenir du Web. Voici où nous devons concentrer nos efforts :
Le clivage entre les personnes qui ont accès à Internet et celles qui ne l'ont pas aggrave les inégalités existantes ; des inégalités qui constituent une menace sérieuse au niveau mondial. Sans surprise, vous êtes plus susceptible de ne pas être connectée si vous êtes une femme pauvre, vivez dans une zone rurale ou un pays à faible revenu, ou une combinaison de ce qui précède. Ne pas avoir accès à Internet de nos jours c'est être exclu des opportunités d'apprendre et de gagner de l'argent, d'accéder à de précieux services et de participer au débat démocratique. Si nous n'investissons pas sérieusement pour combler cet écart, le dernier milliard d'habitants ne sera pas connecté avant 2042. C'est toute une génération qui est laissée pour compte.
En 2016, l'ONU a déclaré que l'accès à Internet était un droit de l'homme, au même titre que l'eau potable, l'électricité, le logement et la nourriture. Mais jusqu'à ce que nous rendions Internet financièrement accessible à tous, des milliards de personnes continueront à être privées de ce droit fondamental. L'objectif a été fixé : les Nations Unies ont récemment adopté le seuil de l'Alliance pour un Internet abordable avec un seuil d'abordabilité de 1 Go de données mobiles pour moins de 2 % du revenu mensuel moyen. La réalité, cependant, est que nous sommes encore très loin d'atteindre cet objectif. Dans certains pays, le coût de 1 Go de haut débit mobile reste à plus de 20 % du revenu mensuel moyen.
Que faudra-t-il faire pour atteindre cet objectif ? Nous devons soutenir les politiques et les modèles d'entreprise qui élargissent l'accès au Web aux habitants les plus pauvres du monde grâce à des solutions d'accès public, telles que les réseaux communautaires et les initiatives de WiFi public. Nous devons investir afin de garantir un accès à un Internet fiable aux femmes et aux filles, et les émanciper en leur permettant d'acquérir des compétences numériques.
Le Web auquel beaucoup se connectaient il y a des années n'est plus celui que les nouveaux utilisateurs trouveront aujourd'hui. Ce qui était autrefois une riche sélection de blogs et de sites Internet a été comprimé sous le lourd poids de quelques plates-formes dominantes. Cette concentration du pouvoir crée un nouvel ensemble de gardes-barrières, permettant à une poignée de plates-formes de contrôler quelles idées et opinions sont vues et partagées.
Ces plates-formes dominantes sont capables de verrouiller leur position en créant des barrières pour les concurrents. Elles font l'acquisition de start-ups concurrentes, achètent de nouvelles innovations et embauchent les meilleurs talents de l'industrie. Ajoutez à cela l'avantage concurrentiel que leur procurent leurs données d'utilisateur et nous pouvons nous attendre à ce que les 20 prochaines années soient beaucoup moins innovantes que les 20 dernières.
Par ailleurs, le fait que le pouvoir soit concentré parmi si peu d'entreprises a permis de faire du Web une arme à grande échelle. Au cours des dernières années, nous avons vu des théories de conspiration se répandre sur les réseaux sociaux, de faux comptes Twitter et Facebook attiser les tensions sociales, des acteurs externes interférer dans les élections et des criminels voler des trésors de données personnelles.
Nous nous sommes tournés vers les plates-formes elles-mêmes pour obtenir des réponses. Les entreprises sont conscientes des problèmes et s'efforcent de les résoudre en affectant des millions de personnes lors de chaque changement. La responsabilité – et parfois le fardeau - de prendre ces décisions relève des entreprises qui ont été érigées pour maximiser les profits plus que pour maximiser le bien social. Un cadre légal ou réglementaire qui prendrait en compte les objectifs sociaux pourrait aider à atténuer ces tensions.
L'avenir du Web concerne non seulement ceux d'entre nous qui y sont connectés aujourd'hui, mais aussi ceux qui ne le sont pas encore. La puissante économie numérique actuelle nécessite des normes solides permettant de trouver un équilibre entre les intérêts des entreprises et ceux des citoyens connectés. Cela implique de réfléchir à une manière d’harmoniser les incitations du secteur technologique avec celles des utilisateurs et de la société dans son ensemble, ainsi que de consulter un échantillon représentatif de la société dans le processus.
Deux mythes limitent actuellement notre imaginaire collectif : le mythe que la publicité est le seul modèle commercial possible pour les entreprises en ligne, et le mythe selon lequel il est trop tard pour changer le mode de fonctionnement des plates-formes. Sur les deux points, nous devons nous montrer un peu plus créatifs.
Alors que les problèmes auxquels Internet est confronté sont complexes et importants, je pense que nous devrions les considérer comme des bugs : des problèmes relatifs au code et aux systèmes logiciels existants qui ont été créés par des Hommes - et peuvent être corrigés par des Hommes. Créez un nouvel ensemble de mesures incitatives et des changements en ce qui concerne le code suivront. Nous pouvons concevoir un Web qui crée un environnement constructif et coopératif.
Aujourd'hui, je veux nous mettre au défi d'avoir de plus grandes ambitions pour notre toile. Je veux que le net reflète nos espoirs et réalise nos rêves, plutôt que de magnifier nos peurs et d'approfondir nos clivages.
Comme l'a dit un jour John Perry Barlow, qui en fut un défunt défenseur : « Un bon moyen d'inventer le futur est de le prédire ». Cela peut sembler utopique, cela peut sembler impossible à réaliser après les échecs des deux dernières années, mais je veux que nous imaginions ce futur et que nous le construisions.
Réunissons les esprits les plus brillants du monde des affaires, de la technologie, du gouvernement, de la société civile, des arts et du milieu universitaire pour s'attaquer aux menaces qui pèsent sur l'avenir du Web. À la Web Foundation, nous sommes prêts à jouer notre rôle dans cette mission et à construire le Web que nous souhaitons tous. Travaillons ensemble pour rendre cela possible.
Sir Tim Berners-Lee
Erantzun
Sartu